Artículo de la Semana

Atender la inclusión laboral de personas de la tercera edad es la base de la empleabilidad futura en el país

Escribe: Alejandra Fonseca, Gerenta de Aptitus.com.

Business Empresarial.- En las últimas tres décadas, la población mayor de 60 años se ha casi duplicado en Perú. En ese contexto, la Población Económicamente Activa (PEA) de la tercera edad a nivel nacional también se ha incrementado, según INEI en 2.3% durante el primer trimestre del año vs el mismo periodo del 2018. Esto es, en realidad, reflejo de lo mismo que pasa a nivel mundial a raíz del cambio de estilo de vida y propósitos de las generaciones actualmente adultas.

Coincido con las proyecciones de las Naciones Unidas que dicen que el envejecimiento de la población se encuentra a punto de empezar y, junto con ello, una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI, la cual tendrá impacto en los diversos sectores incluyendo principalmente el mercado laboral. Si miramos de frente al 2050, los millennials ya serán parte de la tercera edad y la proyección de muchos de ellos para su etapa de vejez, es de entero disfrute.

Es de ahí y de las quejas actuales de los sistemas de AFP, tanto de aportadores como pensionistas, que los sistemas de jubilación también deben ser actualizados. Pensados para una gran parte de población emprendedora que prefiere mantener su dinero en reinversión constante antes que guardar un fondo pensado para la vejez, que aún vislumbran lejos.

Sin embargo, si bien es cierto que hay que pensar en largo plazo para cuando las generaciones futuras lleguen a la tercera edad, es más necesario reflexionar y tomar un rol activo que dé soporte a quienes que ya llegaron. Darles una legislación que reconozca y ampare su aporte a una empresa y a la sociedad, que los apoye en caso quieran seguir activos laboralmente o iniciar un negocio propio.

Desde Aptitus, creemos que una sociedad laboral inclusiva y justa es de gran impacto positivo para quienes la conforman. Por ello, en el marco del Día Nacional del Adulto Mayor, los invito a dar y con ello darnos también a futuro la oportunidad de que los 60 o 65 años sean la edad promedio nacional de quienes empiezan un segundo proyecto de vida.

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