Economía & Negocios

SKF apuesta por soluciones para industria alimentaria

Business Empresarial.- El interior de una freidora industrial es un entorno increíblemente hostil para sus componentes. Las duras condiciones de funcionamiento de las freidoras limitan su vida útil a unas 3000 horas, es decir, de tres a seis meses. Durante este tiempo, es imprescindible que se supervise estrechamente la condición de los rodamientos y sellos, puesto que una falla puede conducir a consecuencias catastróficas. Una freidora que contenga aceite caliente no puede repararse con solo desconectarla. Un mantenimiento no planificado significa que el equipo queda fuera de servicio 24 horas como mínimo, lo que se traduce en un impacto negativo sobre la productividad. Los operarios e ingenieros deben asumir la responsabilidad de asegurar la integridad de los sellos y rodamientos.

Si se daña un rodamiento, puede perder grasa lubricante y desprender piezas dentro de la freidora. Una falla de este tipo hace que el aceite deba drenarse y filtrarse, y posiblemente sustituirse para recuperar cualquier material perdido. También existe el problema de la contaminación del producto. La devolución de productos alimenticios y las normas sobre estos aumentan, y un incidente de este tipo puede hacer que un producto no sea apto para el mercado. La empresa no solo sufre los efectos sobre la economía y la productividad, sino también sobre su reputación.

Para que el sector de alimentos y bebidas –y concretamente los operarios de las freidoras industriales– pueda afrontar esos desafíos, los ingenieros de SKF han desarrollado una solución única en su clase que abre paso a una relación simbiótica entre la freidora y el propio rodamiento.

La solución consta en un rodamiento cuyas características permitían un funcionamiento confiable a pesar de las temperaturas extremas y los productos químicos agresivos encontrados en el equipo del cliente. Estos innovadores rodamientos para freidoras no precisan relubricación y cumplen con los requisitos aplicados a los materiales que se utilizan en la producción de alimentos y bebidas en entornos corrosivos. Como resultado, el fabricante de snacks puede usar el mismo rodamiento hasta 17 500 horas, lo que incrementa significativamente su vida útil y erradica las paradas no planificadas.

Además de reducir los costos y requisitos de mantenimiento, y disminuir considerablemente el riesgo de fallas catastróficas, los rodamientos exentos de relubricación SKF también producen una menor huella ambiental que los rodamientos tradicionales. No se precisa cambiar la grasa lubricante ni verterla en el medioambiente. Además, la vida útil mucho más prolongada de los rodamientos SKF reduce como mínimo hasta la mitad los envíos de rodamientos para reciclaje y las emisiones de CO2 implicadas en la producción de nuevos rodamientos.

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